Lima, 21 de junio de 2023
LA INTENCIÓN COLISIONA CON LA REALIDAD
Por Antero Flores-Araoz
Muchas veces las autoridades que
emiten normas legales, desde el Congreso de la República, pasando por el
Poder Ejecutivo, los Gobiernos Regionales y los Municipales, actúan con la
mejor de las intenciones y bajo criterios de buscar el bien común y la
elevación de la calidad de vida de la población. Sin embargo, no basta la
buena intención, debe investigarse y estudiarse, si lo que se propone es
factible o viable, si se puede ejecutar, si hay recursos para ello o si lo
habrá en el futuro.
Dice un antiquísimo refrán que el infierno está empedrado de buenas
intenciones y, cuando las intenciones colisionan con la triste realidad, los
administrados que son los que componen la población, se sentirán no solamente
frustrados sino también engañados y eso es lo peor que les puede suceder a
los gobernantes y legisladores, pues no solo pierden el favor popular sino
también la legitimidad para actuar.
Ejemplos de legislar o normar con buenas intenciones, pero colisionando con
la realidad existen montones, aunque en esta breve columna nos referiremos
solo a dos.
En el año 2011 el Congreso aprobó la Ley 29719, mediante la cual y bajo la
sana intención de luchar contra la violencia, acoso y bullying en los
establecimientos educativos, dispuso que en las escuelas y colegios, tanto
públicos como privados, existieran psicólogos. Unos genios bien intencionados
y con gran emoción social, pero poco realistas pues según cifras del Colegio
de Psicólogos contamos con algo más de 52000 profesionales de tal
especialidad, pero solo las escuelas públicas, sin contar a las privadas como
tampoco a academias e institutos superiores, son más de 65,000. Como tenemos
escuela pública hasta el último confín de la patria, tampoco se estudió la
posibilidad de que los psicólogos con ejercicio profesional citadino pudiesen
ir las localidades alejadas de las grandes urbes o a las zonas rurales.
En junio del presente año 2023, el Congreso sancionó la Ley 31782 que
promulgó raudamente la Presidenta de la República, mediante la cual se
modifica la normativa sobre el “Programa del Vaso de Leche”, disponiéndose
que en cada municipalidad, sea provincial o distrital, exista un Comité de
Administración de tal Programa, en el cual uno de sus integrantes será un
nutricionista representante del Ministerio de Salud.
Nuevamente la mejor de las intenciones colisiona con la triste realidad, pues
tenemos más de dos mil municipios, para ser precisos 196 provinciales y 1845
distritales, pero solamente tenemos a nivel nacional alrededor de 9000
profesionales de la nutrición, que siendo principalmente citadinos y exitosos,
no están dispuestos a radicarse en provincias y distritos alejados para
prestar sus servicios en la organización del vaso de leche. En adición los
nutricionistas del MINSA o están en funciones administrativas o sirven en los
diferentes hospitales estatales del país.
Como vemos no bastan las buenas intenciones, para legislar se requiere
investigar la realidad, proyectarse hacia el futuro y saber los costos
presupuestales que tendrán las imaginativas proposiciones normativas.
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